sábado, 18 de mayo de 2013

La mano de una persona de bien. es también la Mano de Dios.



Siguiendo el camino de la vida, te encontré a ti también. Quizá sea prematuro para llamarte amistad; quizá parezca cursi mi exteriorizado sentir contenido en estas letras, ciertamente carece de importancia. El acto de vivir, se vive embellecido cuando desmaterializado se le da su justo y real valor: el conocimiento, los afectos y la gente de bien. Viviendo he encontrado conocimientos, muchos afectos también (aunque en su inmensa mayoría ignotos permanezcan) y algunas personas como tú.
Muchas gracias por tu observación, muchas gracias; muchas gracias por tomar parte de tu tiempo para leerme y considerar mis letras dignas de fino análisis; gracias por sentir cosas que tal vez mi sangre las omitiría; gracias por tu rato de compañía y de grata conversa; gracias por ser persona de bien (una más para alimentar la germinante semilla del fruto patriosalvador que tenemos que legarle a Venezuela); muchas gracias envueltas en bendiciones.
No vaciles en criticarme o plantearme cualquier sugerencia razonada; nunca me veas como a alguien insensato; mi personalidad es profunda en grado superlativo y por ello me nutro de planteamientos sólidos bien sustentados (desprendidos de mi propio pensamiento o de mi exterior).
Cuando puedas, visítame; siempre estoy dispuesto a compartir, me gustan mucho los temas profundos: de filosofía, de teología, de política, de sociología… ¡en fin!
Espero que cuando nos veamos ya hayas leído estas letras; espero que me hayas entendido.
¡Ah! No te olvides de que eres mayor que yo: yo soy de octubre, pero tú eres de agosto, aunque somos del mismo año (1959) 
¡Qué bueno: yo soy más pequeño! (RISAS).


 JUSTO LIBERTANTE




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sé cortez, en el aporte de tus comentarios; haz de tus palabras un nutriente universal. Gracias.