domingo, 13 de enero de 2013

... no estela morales: 
estamos en manos de una estela de inmorales
(II)
Desde su más bajo estrato, hasta el más alto, es todo degradación y oprobio: esa es la justicia que justamente podemos esperar de la tan contaminada fuente que la dimana. No importa trayectoria, no importa academicidad, no importa sentimientos, no importa consciencia, no importa trascendencia, no importa... moral de tipo alguno; conseguida la meta, lo que importa es pisotear, lo que importa es degradar y henchirse de poder y "gloria", lo que importa es mentir y sembrar ignorancia en las masas con todos los instrumentos posibles incluso en ellos hasta la misma verdad, lo que importa es pudrirse por dentro hasta que el vulnerable cuerpo se quiebre brotado de hedorosa putrefacción, lo que importa es morir pleno de egolatría e idolatría habiendo disfrutado la vida sobre la moral y el honor de sus semejantes y de la naturaleza toda.

Pobrecitos nosotros, pobrecitos: ovejos deslanados y enflaquecidos carentes de toda médula de sapiencia (por eso los capaces de construir poder nos llaman escuálidos desde arriba, en verdad eso es con todos: más aún con los que les sirven de piso para ellos empoderarse con miras a la perpetuidad terrena). Nos dijeron hace poco que cualquier persona puede opinar libremente, nos lo dijo morales (claro que sin MORAL, pero ya sabemos que eso para ella y sus iguales carece también de relevancia); nos dijo que podíamos opinar; pero que eso no tiene relevancia para el tribunal "supremo de justicia" porque las decisiones las toman ellos (y eso es "santa palabra", según complementó el "ilustre" vice-usurpidente). ¡Vaya ofensa Dios!. Yo sentí que nos dijo, a todos los venezolanos, no que somos un cero a la izquierda, sino que no somos ni un cero: no valemos, no somos, no tenemos, no existimos, no estamos, nada significamos. ¡Sinvergüenza mujerzuela que ha vivido siempre improductiva de mi sudor y del de toda Venezuela noble!; es la misma sinvergüenzura que les caracteriza a todos... claro, de no ser así no podrían ser comunistas.
Seguimos los venezolanos de bien llevando leña de la buena (como todo lo de lo bueno que nos han dado en estos aciagos catorce años, incluyendo el gas mostaza lacrimógeno descompuesto "del bueno"; que no lo hemos olvidado). No esperaremos, con estos seres maléficos, jamás una buena acción que construya bienestar para todos; lo justo, con ellos, es desgracia tras desgracia tal como nos lo han programado inteligentemente (¡cómo es de cierto que el talento sin probidad es un azote!). No sé si alguien, conscientemente, se ha dado cuenta de que ya no somos de nosotros; no sé si alguien sabe conscientemente que este pais ya no existe, lo que existe es un territorio con nosotros como contenido transformado en preciada propiedad de los dueño de otra nación, lo que existe son unos sucios vendedores que se apropiaron de nosotros y nos vendieron por jugosas cantidades como basura reciclable. Las apariencias parecen muy bien cuidadas: para que los ignaros continúen defendiendo su derecho a ser propiedad y, ya hasta juramentados, se encarguen de ayudar a doblegarnos para que nosotros seamos propiedad también o la vida se nos vaya disparada junto a las balas que nos esperan si no obedecemos a los amos. Venezuela está herida ¡su propia esencia la ha agredido y la agrede!: hijos paridos por ella le han resultado nocivos en grado extremo.
El estado venezolano, hoy es un formidable monstruo que se tragó las instituciones reales; y amenaza con tragarse a toda la nación. Nada posibilita sacarnos de encima esta epidemia crónica, a menos que corra por fuera la sangre, a menos que todos nos dispongamos hasta a ofrendar incluso la vida y nos lancemos a la calle a sacarle esta peste a Venezuela.
Desde ayer estamos viviendo con un gobierno de facto, al amparo del tribunal supremo de justicia (que es mucho peor que si no existiera). Nos moriremos de hambre muchos, incluso los que no han nacido aún, dada la magnitud del desangre hasta financiero que ha significado esta desinstitucionalización atroz; parecemos animalitos indefensos: llorando incluso al exterior para que nos defiendan, ya damos lástima.
 ¡QUE DIOS META SU MANO Y NOS CUBRA CON SU MANTO!



JUSTO LIBERTANTE












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